domingo, 25 de septiembre de 2016

Competencias Socioemocionales

La inteligencia emocional  es un constructo de la inteligencia interpersonal o social y de la intrapersonal, ambas forman parte de la teoría de las inteligencias múltiples de Gardner.
Por lo tanto la inteligencia emocional es la forma que tenemos de interactuar con el mundo, en la que los sentimientos tienen un papel muy importante, son las habilidades que poseemos para nuestras relaciones.  Como la autoconciencia, la motivación, el entusiasmo, la perseverancia, la empatía, la agilidad mental y el control de los impulsos, estas habilidades que cada uno de nosotros tiene en mayor o menor medida, configuran los rasgos de nuestro carácter como la autodisciplina, la compasión o el altruismo, indispensables para una buena y positiva adaptación a la sociedad.
Los educadores sociales, tenemos que tener especialmente en cuenta la inteligencia emocional de las personas con las que trabajemos y será  indispensable para lograr resultados positivos, ayudarles a descubrir que aspectos de su inteligencia emocional domina o necesita reforzar.
Modelos para transferir Competencias socio-emocionales.
 En primer lugar vamos a explicar ¿qué es una competencia emocional? Es la habilidad para gestionar y experimentar productivamente las emociones.
Para un educador social atender a las necesidades sociales y emocionales de las personas, es la parte fundamental de nuestro trabajo, más que formarlos en unos conocimientos determinados. Por ello es muy importante que nos dediquemos a enseñar cómo se gestionan las competencias emocionales y entrenarles a ello. Está demostrado que los niños que poseen competencias emocionales, tienen menos problemas de disciplina, y participan mas activamente en su aprendizaje, constituyendo para ellos una experiencia gratificante.
En la mayoría de los entornos en los que trabajaremos como educadores, los niños y jóvenes que nos encontremos tendrán  problemas de adaptación social y otros derivados de su situación como, depresión, violencia, salud mental, posiblemente  provocados por no saber expresar sus emociones de forma constructiva. Por lo que hay que enseñarles a reconocer y gestionar sus emociones, para que desarrollen la solidaridad, empatía por los demás, puedan tomar decisiones responsables, y manejarse en situaciones difíciles o de conflicto de forma pacífica.
Hoy en día en los centros educativos se le concede una gran importancia a las competencias sociales, ya que se ha constatado que son decisivas en el desarrollo adecuado de los niños y jóvenes.
El desarrollo programado de competencias sociales en los niños y jóvenes es un hecho en la mayoría de países del mundo, al comprobar que actúa como factor de prevención de problemas de su desarrollo y mejora el rendimiento académico. El libro nos expone la implementación de estos modelos dentro del sistema escolar, y como este no es un ámbito propio de los educadores sociales, yo propongo que estos modelos se adapten a las diferentes intervenciones socio-educativas que se hagan desde la educación social y también podría concedérselo al educador social el papel de formar en competencias socio-emocionales dentro del sistema escolar, ya que este es un ámbito para el que si está preparado.
De todos los ejemplos que ilustran los modelos, voy a destacar el que se desarrolla enEspaña, en concreto en Cantabria“Educación Responsable” , plantea el crecimiento integral y saludable de los estudiantes y jóvenes, para que contribuya positivamente en su equilibrio emocional, su bienestar y su rendimiento académico. También es una estrategia preventiva frente a los riesgos como violencia, intolerancia, fracaso, drogas, eco.
 El objetivo es ayudar a los niños y jóvenes a conocerse, valorarse, confiar en si mismos, comprender a los demás y respetarlos poniéndose en su lugar, identificar y expresar sus emociones, desarrollar su autocontrol, tomar decisiones de forma responsable, valorar y cuidar su salud, relacionarse adecuadamente con los otros y defender sus propias ideas, evitando conflictos y siendo capaces de resolver conflictos. En definitiva hacer un buen uso de todas las competencias socio-emocionales.
He encontrado un ejemplo de aprendizaje de competencias sociales y emocionales en los niños, basado en la creatividad y el trabajo en equipo.
La arquitectura y los niños: El barrio como espacio de aprendizaje




La gente de Sinergia Sostenible, Uxua Domblás, Conrado Muñoz y Amaya González, realizamos un taller de arquitectura para niños en la Escuela Miribilla de Bilbao, donde, una vez más, los niños de 6 a 9 años nos volvieron a enseñar lo maravilloso que es vivir las experiencias, el trabajo y nuestro día a día con ilusión, creatividad y mucha generosidad. hace un recorrido con los niños/as a través de la re-creación de un barrio, desde lo territorial a lo doméstico, pasando por los espacios públicos, equipamientos y recorridos internos. En este enlace podéis ver un video de la experiencia educativa  La arquitectura y los niños


Competencias socio-emocionales que debe tener el perfil de un educador,para comprender la diversidad y educar en y para la diversidad. 
La autoconciencia emocional.  Conocimiento de las teorías de las emociones, del papel que estas tienen en el aprendizaje y la cognición y  conocer los métodos de la educación emocional.
El autocontrol y gestión de las emociones. Habilidad para identificar, comprender y regular las emociones de si mismo y de los otros especialmente de las personas a las que esta educando. Se refiere al saber hacer
La conciencia social. Habilidades para promover la competencia emocional de los educandos y su comunidad.
El manejo de las relaciones sociales. Valoración positiva del papel que juegan las emociones en la vida de las personas, en todos los ámbitos, personal, educativo, laboral, familiar y ciudadano.
Es fundamental que el educador social posea las competencias expuestas, para poder desarrollar su trabajo con las mayores garantías de éxito y profesionalidad. Pero además estas deben compensarse con una mayor resiliencia, es decir el proceso de adaptarse bien a las situaciones adversas y tomarlas como un desafío que pone a prueba las capacidades del educador, porque en esta profesión es común encontrarse con situaciones y conflictos difíciles de resolver y que se alarguen en el tiempo hasta que se vean resultados.

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